lunes, 16 de febrero de 2015

La libertad de expresión y sus límites

En estos últimos meses, con todos los acontecimientos sucedidos y en especial con el atentado de París, todos nos hemos convertido en defensores de la libertad de expresión apuntando que es un pilar fundamental para la democracia, incluso presenciando manifestaciones u otro tipo de protestas cuando se presencia la más mínima restricción.

                                                        

Sin embargo, otros de los grandes objetivos por los que la sociedad ha luchado durante años son los derechos, la igualdad y la justicia.

Como bien sabemos, la libertad de expresión es un derecho fundamental que tenemos todos los ciudadanos. Pero como cualquier derecho, debe ejercerse con responsabilidad y respeto siguiendo unas obligaciones. Por lo tanto, los límites de la libertad de expresión están presentes en todo aquello que dañe la integridad o el honor de las personas, tanto palabras como símbolos como imágenes.
Es necesario que existan unas pautas y unas normas de convivencia donde el respeto y la comprensión sean sus pilares fundamentales.

                                           

Desde mi punto de vista, el atentado de París no tiene ningún tipo de justificación ni estoy de acuerdo con lo sucedido. Pero tampoco defiendo lo que publicaba ese seminario, ya que aparecían burlas y menosprecios hacia una raza y una religión. 
Para evitar todos estos conflictos, es necesario que la sociedad se de cuenta de que todos pensamos de una manera y tenemos ciertas creencias e ideologías que no compartimos con todo el mundo y que no por ello tenemos más razón que nadie. La diversidad de culturas, de pensamiento, de religión, de razas... hace que el mundo sea extraordinario donde nunca vas a conseguir conocer todos sus rincones.


Por lo tanto, podemos concluir que la libertad de expresión no se trata de un derecho absoluto ya que se habla de una libertad con restricciones, pero que siendo así permite que cada uno argumente sus pensamientos sin faltar nunca al respeto de los otros.

                                        





Belén Pérez Trillo

1 comentario:

  1. Si pudiéramos verdaderamente todos hacer el ejercicio de ponernos en el lugar del otro cada vez...

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