miércoles, 29 de abril de 2015

Caperucita roja y sus versiones

El jueves pasado visitamos el museo ABC, en el cual había una exposición sobre Caperucita Roja. Todas conocíamos la historia ya que es muy famosa, aunque a cada una le han contado un final, por lo general es muy parecida.


La exposición estaba muy bien organizada y disponía de espacios para leer los diversos cuentos que había sobre la entrañable niña de la caperuza roja. En general, los libros estaban situados en el medio de la sala, pero con un aspecto muy llamativo que era una cesta de mimbre, con los objetos que la niña llevaba a su abuelita y unos zapatitos rojos propios de Caperucita, lo que hacia que te impregnaras de la magia del cuento. Entre estas estanterías se podían curiosear cantidad de libros relacionados con la historia de esta niña, pero también aparecían otras historias conocidas por todos como La Bella Durmiente. Este detalle nos pareció muy bueno ya que después de leer unas cuantas versiones de Caperucita Roja, también apetece ojear otros cuentos que todos conocemos pero que un autor a dado otro sentido, lo cual nos pareció muy interesante.




En las paredes de la exposición había cantidad de viñetas de Caperucita Roja, lo que nos resultó muy interesante el saber como los autores de esos cuentos se imaginaban a esta niña. La verdad es que había dibujos desde lo más abstracto a lo más realista, y muchos de ellos que nos resultaron verdaderamente bonitos. Consideramos que muchas veces es bueno comparar nuestra visión sobre un personaje de cuento con la visión de otras personas, ya que se puede conocer mucho a la gente sabiendo como imaginan en su mente las historias y sus personajes.

 





Por otro lado, había una mesa central, también con cuentos de lo más llamativo, y con unos sillones para sentarse a leerlos. Entre esos cuentos encontramos uno que nos llamó mucho la atención, y trataba de un abuelito que le estaba contando la historia a su nieta pero no se acordaba bien de como era y decía que aparecía una jirafa en vez de un lobo, que caperucita era verde y no roja, etc., y mientras tanto la niña le iba corrigiendo. Nos resultó muy curioso porque al final el abuelito no acaba la historia y nos resultó de lo más extraño ya que estamos acostumbrados a que los cuentos tengan un final.


Mientras comentábamos estas imágenes y estos cuentos nos vino a la mente una manera de leer libros a los niños de manera que no vean los dibujos que contienen, y después pedirles que dibujen como creen que son los personajes para, por ultimo, compararlos con como el autor imaginó que serían. Esta actividad creemos que se puede realizar en alumnos de Educación Infantil y ¿por qué no hacerlo con una historia como la de Caperucita Roja?

 
 Nerea de la Horra, Sara Núñez, Belén Pérez, Carolina Pla y Claudia Redondo

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