viernes, 10 de abril de 2015

Imaginación y chocolate

En la clase de ayer realizamos un taller de mandalas. Teníamos que crear un mandala con chocolate y obleas y decorarlo como quisiéramos.
Al principio del taller miraba la oblea y no se me ocurría como empezar, pero poco a poco me fui concentrando y realice uno, que a mi gusto, quedó muy bonito.
Este taller ha sido uno de los que más me ha gustado del curso, ya que, como dije en mi anterior entrada, los mandalas me atraen mucho y creo que a través de ellos podemos saber muchas cosas sobre nosotros mismos.
Conforme fui haciendo mi mandala me sentía más relaja y a gusto conmigo misma. La verdad que tras la vuelta de las vacaciones y el estrés de las últimas semanas antes de los exámenes, este tipo de talleres vienen muy bien para relajarnos y estar en sintonía con nuestro interior, que en muchas ocasiones por todas las cosas que tenemos que hacer lo descuidamos y no escuchamos lo que nos pide.
Decidí no comérmelo porque, a parte de que no tenía hambre, sentí que no tenía que hacerlo pero si que lo destruí, a diferencia del que realizamos en el retiro.
 
 
 
 

Este taller me parece muy apropiado para realizar con niños ya que se fomenta la creatividad y la libertad de crear algo que te represente y sea como a ti realmente te guste, sin que el alrededor te imponga que tienes que hacerlo de una manera o de otra. He de decir que para realizarlo con niños intentaría buscar obleas sin ningún dibujo, ya que la mía, por ejemplo, tenia algunos trazos marcados y sin quererlo muchas veces los seguí, seguramente porque desde pequeño te enseñan a seguir los caminos marcados en vez de inventar tu propio camino y hacerlo verdaderamente tuyo. Por eso me gustaría que los más pequeños pudieran hacer algo original como este taller que, lo más seguro, que les encantaría como me encantó a mí.
 
Fdo.: Sara Núñez Gamarra

1 comentario:

  1. Si es interesante el tomar conciencia de cómo nos marcan los caminos ya trazados

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